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La glándula pineal


La glándula pineal es un órgano humano que se ubica en el centro del cerebro, específicamente en el techo del tercer ventrículo y debajo del cuerpo calloso, en donde flota en un lago de líquido cefalorraquídeo. A nivel físico, la glándula pineal secreta las hormonas melatonina y serotonina, neurotransmisores que regulan el ciclo diario del sueño y que juegan un rol importante en el estado de ánimo. La luz solar es fundamental para activar las habilidades superiores de la glándula pineal, ya que permite su apertura. Además de melatonina y serotonina, esta glándula secreta dimetiltriptamina (DMT), un compuesto químico natural presente también en plantas alucinógenas y que se relaciona con estados elevados de consciencia o de percepción sutil.


Al igual que cualquier otro órgano del cuerpo humano, la glándula pineal se puede dañar mediante el estilo de vida negligente, consumo excesivo de productos de origen animal, comida chatarra, alimentos industrializados, bebidas energéticas y bebidas alcohólicas. El flúor, en particular, presente en el agua potable, es la sustancia que más perjudica las funciones de la glándula pineal, ya que produce su calcificación, esto causa algunos problemas de salud; y a nivel espiritual disminuye la capacidad de ver a través del tercer ojo, a cargo de la claridad mental y la intuición.

En la antigüedad, diferentes culturas en India y Egipto dominaban el conocimiento acerca de las funciones sutiles de la glándula pineal. Por ejemplo, para Civilización Egipcia, esta glándula era considerada una antena humana que les permitía sintonizar con estados de consciencia superiores y explorar en el plano espiritual. Esto era posible gracias a que la glándula pineal es una especie de reservorio de agua con cristales que tienen propiedades piezoeléctricas, es decir, con capacidad de liberar fotones. Una vez que este campo electromagnético individual entra en sintonía con el campo electromagnético de la Tierra se logra la liberación de DMT, sustancia que contribuye a la expansión de la consciencia (abrir el tercer ojo). Los Egipcios fueron muy certeros al llamar a este órgano de percepción extrasensorial el “ojo de Horus", ya que la glándula pineal contiene pinealocitos, fotoreceptores similares a los conos y bastoncitos presentes en la retina del ojo, los cuales se activan con la luz. Además, la glándula pineal cuenta con terminaciones nerviosas afines a las de los ojos.


En la cultura de India, esta glándula se relaciona con el chakra tercer ojo, a cargo de la percepción del campo sutil. Si observamos a la deidad Buda, se puede ver que lleva un halo de luz alrededor de la cabeza, lo cual representa otra de las funciones extraordinarias de la glándula pineal. Los cristales con cualidades piezoeléctricas también tienen propiedades piezocromáticas, es decir, con capacidad de generar los siete colores del arcoíris y, por lo tanto, de generar luz.


Más adelante en el transcurso de la historia, el filósofo francés René Descartes definió a la glándula pineal como el “asiento del alma” o el lugar donde se aloja la consciencia. Dentro de esta glándula se encuentra el entendimiento, codificado en formas geométricas 5D, de cómo fue creada la realidad. Para poder percibir esta dimensión sutil, la glándula pineal debe vibrar al unísono con la glándula pituitaria y crear un campo electromagnético propio. La magnetorrecepción se considera un sexto sentido, ya que permite percibir los campos magnéticos provenientes del centro de la Tierra. Muchas especies no humanas han desarrollado esta habilidad con el fin de adquirir la orientación geográfica necesaria para realizar viajes de larga distancia, por ejemplo.


Bibliografía: Soy Luz. Un viaje por el Universo. Iskra Cuevas. 2020.




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