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Ashwagandha


La ashwaghanda es un planta de India, cuyo uso medicinal radica en sus raíces, las que pueden llegar a medir desde 3 a 7 centímetros. Esta raíz tiene un efecto un poco contradictorio, pues, por un lado, brinda fortaleza y energía, y por otro, calma y seda el sistema nervioso.

La ashwagandha es especialmente recomendada para los desequilibrios tipo vata que afectan en especial a los huesos, la espalda, las articulaciones (rodillas y caderas), los oídos y el colon. Tiene una acción adaptógena, antiinflamatoria, inmunomoduladora, analgésica, fortalecedora del sistema nervioso y del sistema reproductor; ligeramente sedante, antianémica y antitumoral.


Cualidades

Rasa (sabor): amargo, astringente y dulce.

Virya (energía): cálida.

Vipaka (efecto posdigestivo): dulce.

Efecto: VK-

Dhatus (tejidos que afecta): sangre, músculos, tejido adiposo, huesos, nervios y órganos reproductores.

Srotas (sistemas que afecta): sistema nervioso, respiratorio y reproductor.


A nivel del sistema inmune, se recomienda en casos de enfermedades autoinmunes, pues fortalece y protege el sistema inmune sobre todo de los fármacos inmunodepresores usados en enfermedades como neutropenia, artritis reumatoide y enfermedad mixta del tejido conectivo. También funciona excelente como analgésico en casos de artritis inflamatoria con presencia de dolor. Mejora la producción de glóbulos blancos en casos de leucopenia.

La ashwagandha tiene una acción que fortalece el sistema inmune y que lo suprime, transformándola en una hierba realmente adaptógena (Tilloston 2001).


A nivel del sistema nervioso, recomendada en casos de insomnio, ansiedad, hiperactividad mental, neurosis y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD). Muy eficaz para lidiar con el estrés, gracias a su afinidad con el tejido nervioso (majja dhatu) y a demás ayuda a regular el exceso de movimiento de vyana vata en el corazón (taquicardia y ataques de pánico). Gracias a su efecto importante sobre el sistema nervioso también se recomienda en casos de esclerosis múltiple (Tillotoson 2001).

La ashwagandha fortalece los nervios y a la vez los relaja; tiene una acción ayurvédica nervina, tanto tónica como sedante.


A nivel del sistema reproductor, fortalece la musculatura del útero, por lo tanto se recomienda en casos de trastornos menstruales causados por el exceso de vata: espasmos uterinos, dismenorrea, amenorrea y debilidad. Gracias a su acción rejuvenecedora (rasayana) del sistema reproductor (shukra dhatu), ayuda a mejorar la infertilidad (oligospermia), la disfunción eréctil y el mal desempeño sexual en los hombres (Bhavaprakasa, Paranjpe 2001). Tiene una acción especial (prabhava) que promueve la energía sexual y la producción de esperma.


A nivel de otros tejidos y sistemas, se recomienda su consumo en casos debilidad, bajo peso corporal, desnutrición, anemia, asma, rinitis alérgica, inflamación muscular, hipotiroidismo y cáncer. La ashwagandha también la pueden consumir los niños con problemas de crecimiento e hiperactividad, personas convalecientes y adultos mayores.


Contraindicaciones:


Usar con precaución en casos de desequilibrio pitta y presencia de toxinas (ama). Se recomienda examinar glucemia, pues puede causar desconocimiento hipoglicémico. No se recomienda su uso durante embarazo, debido a su efecto espasmolítico sobre el útero.


Dosis recomendada:


Desde 3 a 9 gramos de la raíz pulverizada por día.


Aplicaciones:


Para obtener las máximas propiedades fortalecedoras se recomienda consumir con leche de almendras y miel, o bien con ghee.


Para tratar la artritis y la insuficiencia cardiaca.

Combinar una cucharadita de ashwagandha en polvo más dos cucharadita de leche dorada (cúrcuma y otras especias) en una leche vegetal a elección a temperatura cálida, endulzar con miel o algún endulzante natural. Beber dos a tres veces al día.


Bibliografía: Ayurvedic Medicine. Sebastian Pole. 2006.


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